LA KAMIKAZE.


 MAYTE CARRASCO*

Me pregunto cuánta verdad hay en estas páginas; si la verdad cuando no puede ser contada de frente, puede permanecer silente en una historia inventada. Quisiera creer por otra parte, que todo lo narrado es ficción, que ese mundo cruel y despiadado no existe. Pero es engañarse. La literatura constata a menudo que a través de no pocas novelas la vida es capaz de definirse; novelas de costumbres que nos dejan el señuelo de la verdad que clama por ser narrada.


Me he dejado arrastrar por el miedo, el dolor, y la inseguridad de Yulia. Por ese mundo que la atenaza pero que subrepticiamente la convierte en un ser valiente, generoso y sobretodo honesto. La valentía es no dejarse atenazar por el miedo. Yulia es esa valentía. La narración es un recorrido por el Afganistán real; la mirada de la autora es sensible y humana. Es la redención del dolor silenciado. Es el testimonio de quien no calla, de quien no otorga. La denuncia de una realidad que quizá no pueda ser contada de otra manera; pues correría el riesgo de perderse, de no ser creíble o quizá, incluso de no interesar. Un buen ejemplo de cómo una buena historia se convierte en buen periodismo, o viceversa; de cómo el buen hacer periodístico es capar de generar una buena historia. Nunca se sabe bien.

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* Mayte Carrasco, es reportera de guerra freelance. Acaba de regresar de Siria, donde ha sido una de las pocas periodistas españolas que ha logrado entrar de forma clandestina en Homs, donde permaneció casi un mes. El Club Internacional de la Prensa le acaba de otorgar el Premio a la Mejor Corresponsal Española en el Extranjero, que le entregarán los Príncipes de Asturias el próximo 18 de abril. Además, ha recibido la mención especial Mare Terra del premio Ones de la Fundació Mediterrania por su larga trayectoria profesional. Ha cubierto para medios nacionales e internacionales las revoluciones árabes (Siria, Libia, Egipto), la guerra entre Georgia y Rusia, el conflicto de Afganistán, el terrorismo de Al Qaeda en Malí o la guerra sucia del Kremlin en Chechenia e Ingushetia, y ha sido corresponsal en Francia y en Rusia. La Kamikaze es su primera incursión en la literatura de ficción.


 


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DEBATE vs REALIDAD.

Los días tienen una agenda ajustada. Escapo a su ritmo y puedo conectarme a la radio en estos minutos que le robo a la llenura de los días. No todos los días es posible el robo.

Escucho en radio5.rne la sesión de control al Gobierno en el Senado. Oigo debatir sobre política económica, déficit, dinero público, endeudamiento, austeridad, crecimiento, paro, recortes, políticas sociales y demás realidades que nos invaden. ¿Son nuestros políticos conscientes de que sus decisiones suponen un coste en salud, conocimiento, justicia, educación y futuro para las familias?

Tengo la sensación de que mientras ellos se vanaglorian de su dialéctica, la ciudadanía está colapsada por las consecuencias. No hay demasiado tiempo para entender, comprender y sacar conclusiones de las idas y venidas de la política. Yo no lo tengo, pero la realidad recae sobre mi economía familiar sin piedad.

Me pregunto dónde queda el control de los ciudadanos sobre la gestión de su gobierno, gestión que no prioriza en necesidades vitales. Candentes los recortes en sanidad y educación hemos de ser conscientes de que  esos derechos han de ser irrenunciables, y que su posibilidad la construimos entre todos. Estoy convencida de que los que discuten ahí no tienen ni idea de qué es lo que ocurre exactamente aquí. Les viene muy bien además que estemos ocupados, porque aunque estemos intentando rascarle unos minutos al día para poder acceder a la realidad, nuestro gesto no les afecta. Ellos seguirán siempre a lo suyo, y lo suyo no es lo nuestro, por mucho que nos representen.

EL SAPO ES UN PRÍNCIPE. Y VICEVERSA. _o una tarde rescatada por los cuentos_.

Editorial Funambulista.





«Érase una vez una adolescente de un país nórdico de cuyo nombre no hace ninguna falta que nos acordemos. Tampoco merece la pena averiguar cómo se llamaba su ciudad, y ni siquiera sería necesario saber cómo se llamaba la adolescente: era eso, una adolescente, es decir, no era tan feliz y optimista como fingía ser cuando estaba con un grupo de amigos, ni era tan desgraciada como habría parecido cuando se la veía con su familia….»


De sapos, ladrones, cocodrilos, veredas, desiertos y lámparas no tan maravillosas. Cuentos para pasar una tarde que se preveía complicada, que está siendo complicada. De la mano de la lectura, no falta pues la sonrisa, la inteligencia, la ironía y la capacidad de superar _y superarse_. Afortunadamente. Cuántas veces un rato de lectura nos salva de nuestras pequeñas catástrofes, caídas rutinarias, declives emocionales, que aunque no son grandes derrotas, dejan un regusto agrio al día. Esta tarde al azar, sin pensar muy bien por qué ese libro y no otro de los varios pendientes, me leí los cuentos de José Ovejero. 

Ironía, inteligencia y revés de la vida en estado puro. Siempre existe el otro lado, ese que no acostumbramos a visitar, permanece en estado latente. Racionales y sensatos, nuestra vida camina muy a menudo por veredas razonables. Y la razón pocas veces es consuelo. ¿Por qué nos arriesgamos tan pocas veces aleer la vida del revés? ¿Sería en verdad una locura? Quizá, quizá en ese reverso, en lo que está por imaginar, esté aquello que no encontramos; la respuesta. Ese porqué escurridizo y escamoso de las cosas de cada día. La tergiversación y la imaginación como salida, no estaría nada mal. Nada. Pero no nos atrevemos, eso es lo habitual.

¿Y si le pusieramos un poco de traspiés a los minutos del día?, ¿y si osáramos a vivir del otro lado? Quizá la vida no se hubiera complicado tanto... quizá esta tarde hubiera sido menos tarde, con un sabor más dulce y sin rastro de acrituz. ¡Quién sabe!

Sea como sea pasear por todas estas historias ha sido encender una pequeña chispa; la vivacidad que tiene siempre la perspecacia de las pequeñas cosas cuando son miradas desde el reverso. Atreverse a vivir el reverso de las cosas. Complicamos demasiado la vida con nuestra sensatez. A ratos, necesitamos el respirar torcido de la imaginación, encontrar la transformación de lo que intuye en alguno de sus cuentos. Luego, sólo es dejarse llevar...