IN MEMORIAM


Según un informe de Reporteros sin Fronteras, un total de 57 periodistas fueron asesinados en todo el mundo durante 2010 en 25 países dferentes.  También ha constatado que en 2010 se ha producido un aumento importante del número de secuestros. Según RSF, cada vez se percibe menos al periodista como un observador exterior y ya no se respeta su neutralidad ni su misión. Los tres países más violentos para los periodistas durante la última década fueron Pakistán, Irak y México.

En Pakistán, los periodistas, tomados como blanco por los grupos islamistas o víctimas colaterales de atentados suicidas, pagaron el precio más alto este año con once muertos.

En Irak hubo en 2010 un total de siete periodistas asesinados, frente a cuatro el año anterior, la mayoría de ellos tras la retirada de las tropas estadounidenses, a finales de agosto de 2010.

En México, la violencia de los narcotraficantes pesa sobre el conjunto de la población y, por ende, sobre los periodistas, quienes se encuentran particularmente expuestos a ella, según RSF. Esta situación tiene una fuerte incidencia en la manera en que se trata la información, pues los reporteros limitan al máximo la cobertura de asuntos criminales para correr los menores riesgos posibles. Además, Honduras cuenta con tres casos de periodistas asesinados relacionados con el ejercicio de la profesión.

Además, este año ha habido 535 periodistas detenidos, frente a los 573 del año anterior; 1.374 reporteros agredidos o amenazados, frente a 1.456 en 2009; 504 medios de comunicación censurados, frente a 540; 151 blogueros y ciberciudadanos arrestados, uno más que en 2009; 52 blogueros agredidos, frente a 61; y 62 países afectados por la censura en internet, frente a 60. No obstante, incide RSF, la región más mortífera del mundo continúa siendo, con un gran margen, Asia, que cuenta con 20 casos, once de ellos solo en Pakistán. Del total de países en los que se han registrado asesinatos de periodistas desde hace diez años, una decena (Afganistán, Colombia, Irak, México, Pakistán, Filipinas, Rusia, Somalia) no experimenta ninguna mejora y de hecho la cultura de la violencia contra la prensa se ha enraizado.
(...)

¿Son sólo datos? No. No sólo son datos. Es una constatación; la de que en un mundo en el que la palabra de los más débiles se silencia, en ese mundo, hay héroes silenciosos que intentan subir el volumen de esa voz a la que no se le da sonido. Esos periodistas hacen de nuestro mundo un lugar más habitable, aunque los datos nos dejen la sangre helada. Valga este recuerdo en mi blog como el gran reconocimiento que merecen por su labor; tan necesaria como insustituible.


"Nos contaba Miguel Gil que había dado una vuelta por una de las zonas peligrosas. Al volver a casa su perro le comía los zapatos. Yo preparaba para el cine el personaje de un reportero como él. Quería ser como él. Pasé horas mirándole, a él y a Márquez. Quería meterme en su cuerpo, vivir en quince días un vida quince mil veces más intensa que la mía. Puse en marcha mi imaginación; pero sus relatos estaban muy por encima de lo que yo podía imaginar.

Aquella noche, en zona prohibida, en un blindado conducido por Miguel Gil, con Arturo Pérez-Reverte, Gervasio Sánchez, Imanol Arias y yo mismo, hubo un frenazo y Miguel dijo: Estamos donde no hay que estar.

Hoy podemos imaginar lo que pudo ser el infierno de Bosnia porque ellos estuvieron allí, con su libreta, su cámara y su corazón. Y algunos como Miguel, se dejaron la última de sus siete vidas por puro amor y respeto a lo que hacían."

Palabras de Carmelo Gómez en el libro, Los ojos de la guerra_70 correponsales escriben sobre su profesión y recuerdan a Miguel Gil, muerto en Sierra Leona_ Edición a cargo de Manuel Leguineche y Gervasio Sánchez.

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